sábado, 3 de enero de 2009

No a la despenalización de la droga


Uno de los temas de estos primeros meses del año es la posibilidad de que una sentencia de la Corte Suprema de Justicia despenalice el consumo personal de droga. Ya a mediados del año 2008, el Ministro de Justicia de la Nación Aníbal Fernández dió a conocer la opinión del Poder Ejecutivo Nacional sobre la iniciativa, la cual desde su óptica se enmarca en la Lucha contra el Narcotráfico y las posiciones asumidas por otras naciones en este tema.
Existen variadas posiciones con respecto al tema, que abarcan diferentes puntos de vista: sanitario, jurídico, técnico, social, económico.
Hoy, 3 de enero de 2009, se publica una columna de opinión en el diario Clarín, escrito por el filósofo español Fernando Savater ( pag. 37.) que deseo compartir con ustedes.
El columnista analiza la inseguridad en México y entre otras cosas, dice que el mismo es consecuencia del "...fabuloso negocio del tráfico de drogas ilegales... Y tengamoslo claro: el negocio no consiste en las drogas en si mismas, sino en su ilegalidad...".
El autor culpa a Estados Unidos por promover y alentar el flujo creciente de ganancias y expresa que "... mientras las drogas no se despenalicen, continuará este fabuloso y letal negocio gangsteril. Si se pudiera adquirir y consumir sin más trabas que el alcohol o el tabaco, con la debida informacióm de sus efectos y pagando impuestos como cualquier otra mercancia, cesarían los ingresos del narcotráfico..."
Creo necesario transcribir el texto, porque de él se desprende, a mi entender, consideraciones que sólo muestran una parte de la realidad, olvidando que, en torno al adicto, existe una sociedad que sufre sus efectos. No solo los efectos del negocio del narcotráfico, sino todos los que se derivan de su conducta.
Savater dice finalmente que "... lo que hoy es un problema de toda la sociedad volvería a ser cuestión personal , con abusos y daños estrictamente privados..."
No comparto esta posición.La adiccción ES un mal de toda la sociedad, porque causa graves perjuicios a todos, no solamente al que la consume. Su necesidad física y sicológica sumada a la falta de recursos económicos para adquirirla, hace que la violencia se extienda más allá del individuo.
Robos, asesinatos, conductas violentas con sus familiares, vecinos, comunidad, no pueden ser avaladas ni aceptadas en aras de entender la adicción como elección personal e individual.
Por otra parte, el estado no está preparado para atender ni preventivamente ni asistencialmente a los adictos.
Es un tema complejo, pero yo creo que no se resuelve liberando el consumo, sino trabajando entre todos: justicia, estado y sociedad en un programa que realmente sirva para proteger a los adictos, asistirlos y prevenir a quiénes ven en la droga una evasión a sus problemas.

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